Las luces no solo nos despejan el camino, también avisan a los demás de qué lugar ocupamos en él. Pero poner las luces es más que girar el mando del alumbrado: a cada circunstancia corresponde un tipo de alumbrado. El conductor debe saber cómo interpretar las circunstancias, adecuar la velocidad y escoger el alumbrado en función de cada momento.
Un alumbrado adecuado y en perfectas condiciones es imprescindible, ya que las luces del coche son decisivas en emergencias, inmovilizaciones en vías mal iluminadas, circulando por carreteras reviradas o dentro de un túnel.
Por ello, es crucial contar con un correcto alumbrado en cada momento, revisar todos los componentes de iluminación del vehículo (sin olvidar luces traseras, de freno, marcha atrás y antiniebla) y comprobar el reglaje de los faros (sobre todo si va el coche cargado, ya que es más posible deslumbrar). Y si de pronto alguien te deslumbra, disminuye la velocidad de forma progresiva hasta incluso detenerte si fuera necesario